Existen muchas emociones, algunas de ellas son placenteras como la alegría, la calma y el amor, y otras son displacenteras como el enojo, la tristeza o el miedo. En algún momento todos hemos vivido alguna situación que nos ha generado emociones intensas y aflictivas que quizás no hemos sabido manejar.
Ahora bien, si a nosotros como adultos a veces nos cuesta detener una reacción impulsiva cuando estamos llenos de enojo, para los niños pequeños es aún más difícil pues la zona del cerebro encargada de autorregularse no estará desarrolla del todo hasta la adultez. Pero esto no significa que no podamos enseñar a los niños a retomar la calma después de una gran carga emocional.
Qué podemos hacer?
Si tu niño está en pleno proceso de pataleta, gritando, llorando, lanzando objetos, golpeando u otro, antes que nada, tenemos que recordar que mientras esté en medio del estallido emocional no va a comprender ninguna instrucción que se le ni vamos a poder corregir su comportamiento, por lo que lo que más nos interesa es que se calme.
Ahora bien, teniendo esto en cuenta pasamos a los pasos a seguir:
1) Mantener la calma como adultos:
Esto es esencial, si nosotros como los adultos no logramos estar en calma mientras nuestros pequeños están alterados, ¿cómo vamos a poder calmarlos a ellos? Estar en calma implica mantener un tono de voz suave, una postura corporal relajada, y poder brindarle el apoyo que necesita.
¿Cómo hago esto? Cambiando el chip que tengo que dice que una pataleta es algo malo y substituyendolo por pensar que a mi niño se le está dificultando algo y yo soy quien puedo ayudarlo y enseñarle, es mi oportunidad para aplicar la educación emocional, perdiendo el miedo al que dirán los otros, recordando que yo como adulto tengo el control de la situación y respirando hondo e imaginarme que estoy en mi lugar preferido. Luego de que estoy en calma los siguientes pasos serán más fáciles de completar.
2) Apartarse de la situación:
Alejarse del sitio donde ha ocurrido el problema, salir a otra habitación, irse al jardín, cambiar de mesa, caminar unos pasos, dar la espalda. Es importante que podamos ayudar a los pequeños a cambiar el foco de atención del problema y si continuamos en el mismo lugar exacto que donde comenzó la situación problemática es muy posible que no logremos cambiar su enfoque atencional.
3) Validar la emoción:
Cuando estemos alejados, debemos buscar un lugar tranquilo donde podamos acompañarlos para que puedan comprender que emoción están sintiendo y podamos validarla. Por ejemplo: “¿Qué sucedió? ¿Cómo te sientes?” – Enojad@. “Comprendo que estés enojado, pero no está bien gritarle a mamá, a mamá se le habla suave, eso no ha sido amable”. O “Se que estás triste porque no podemos salir a jugar porque está lloviendo, yo también me pongo triste, vamos a calmarnos para ver qué otra cosa podemos hacer”. Si tenemos niños con alguna dificultad del desarrollo o niños muy pequeños mientras menos palabras utilicemos mejor, “Estás enojado, vamos a calmarnos”.
4) Ejercicios de relajación y respiración:
Existen muchas técnicas de respiración que debemos haberle enseñado a los pequeños con anterioridad para que puedan utilizarlas en esta situación, por ejemplo respirar hondo y luego imaginar que inflo un globo. Respira como si olieses una flor y bota el aire como si soplaras una vela. Cerrar los ojos y respirar profundo 5 veces, entre otros. Puedes buscar en YouTube algunas ideas, por acá te dejamos este enlace con un video que nos gusta mucho.
https://www.youtube.com/watch?v=cFxjPQcAvEQ
En este punto es importante recordar que no todos los niños soportan el contacto físico cuando están en medio de una explosión de llanto o iráma, por lo que tenemos que tomar en consideración si el niño lo desea o no, podemos preguntarle ¿necesitas un abrazo? Y no dudemos en abrazar, besar, acariciar o alguna otra muestra de amor que les ayude a calmarse.
6) Realizar cambio de actividad:
Podemos tener a la mano algunos objetos que nos ayuden a cambiar el foco y retomar la calma, por ejemplo, un reloj de arena, una bola de nieve, una botella de la calma (luego les cuento como podemos hacer una en casa con materiales sencillos) que los niños puedan sentarse a mover y observar mientras respiran para tranquilizarse.
Podemos utilizar también la lectura de cuento corto, puede ser cualquiera, pero también alguno que implique las emociones (como este
https://youtu.be/__NmMOkND8g) o el comportamiento, utilizar un instrumento musical como el triángulo, el palo de lluvia o algún otro que tenga un sonido relajante, también podemos tener laberintos para completar con el dedo, o una hoja y colores para hacer una bitácora emocional y hacer un dibujo que refleje cómo se siente. También podemos tener mandalas, cajitas musicales, pelotas sensoriales o antiestrés, un espejo para visualizar la emoción, un peluche para abrazar, ente otros. Si tenemos nada de esto a la mano podemos ofrecer cantar una canción o contarles un cuento inventado. Es importante recalcar que idea del cambio de actividad es ayudarlos a tranquilizarse y despejar su mente, por lo que esta actividad no debe ser una recompensa de la conducta inadecuada por lo que si está llorando porque quiere una galleta, no le vamos a dar la galleta para que se calme, vamos a ofrecerle las alternativas que nombré anteriormente.
7) Conversar sobre lo ocurrido:
Luego de que ya recuperamos la calma en los niños vamos a conversar sobre lo que sucedió, esta conversación dependerá de la edad y el nivel de comprensión del niño pero es importante que retomemos que ocurrió antes y durante el estallido, que nos exprese en palabras las emociones que experimentó, podemos explorar que sensaciones corporales asociadas sintió, ayudándolo a tener una conciencia emocional, y explicar cómo podemos hace la próxima vez que se sienta así, ayudándole a la regulación emocional. Acá es donde aprovechamos de explicar que está bien sentir las emociones, lo que no está bien es las reacciones inadecuadas, cómo golpear, gritar, lanzar cosas, entre otras y explicar qué cosa si podrá hacer cuando esté triste o molesto.
Este es un trabajo de hormiguitas, esto quiere decir que cuando comencemos a hacerlo no vamos a ver los resultados de la noche a la mañana, tenemos que tener constancia, y de pronto un día vamos a ver cómo nuestros pequeños comienzan a utilizar por si mismos las técnicas que les hemos brindado, se las darán a otros compañeros e incluso cuando nosotros estemos desbordados, nos recordarán cómo debemos actuar en esos momentos, y allí es donde sabremos que nuestro esfuerzo está dando resultados.
¡No te rindas que si se puede!
4 comentarios en «¿Es posible enseñar a los niños a retomar la calma?»
Excelentes herramientas par aayudar a nuestros hijos e hijas
Excelentes herramientas para las mamis y las maestras.