Modificación de conducta. Una terapia efectiva o un adiestramiento?

Has oído hablar de la terapia de conducta o la modificación conductual?

Modificación de conducta. Una terapia estigmatizada.

Existen muchos tipos de teorías que nos hablan sobre cómo educar y criar a los niños a través de sus estrategias, pero ha llamado mi atención que muchas de las personas que están “casadas” con alguna teoría, se radicalizan, por lo que comienzan a desprestigiar, estigmatizar, desacreditar y condenar a todas las demás teorías que no cumplen con sus planteamientos.

Es por esto que, últimamente, he observado que hay personas que consideran que la modificación de conducta es una especie de adiestramiento hacia el niño, dónde se le obliga a hacer cosas que no desea, o donde se le manipula para que se comporte como un robot, como una mascota, y eso está muy lejos de la realidad.

No voy a decir que no hay profesionales que son conductistas clásicos y rígidos, que si toman muchas estrategias que actualmente se ha comprobado que no son las más adecuadas, pues no contribuyen con el bienestar emocional del niño; ciertamente eso ha sucedido, pero son personas que hacen prácticas ortodoxas, ya que el conductismo clásico es una teoría que inició en 1913, la cual estuvo incompleta al dejar por fuera los procesos mentales internos, las emociones y los procesos de socialización, pero las bases de la terapia de conducta moderna, son otras.

En primera instancia, quiero acotar, que una de las cosas que ha sido mas criticada, es que indican que los niños no deben recibir recompensas, cuando me parece que suelen confundir los términos de “recompensa” y “premio”, que aunque son similares, estas dos palabras tienen significados diferentes.

El diccionario de Oxford define la recompensa como “una cosa que se otorga en reconocimiento al servicio, esfuerzo o logro”, por tanto, un premio puede llegar a ser un tipo de recompensa porque posee todas las características, sin embargo, la recompensa se enfoca más en el reconocimiento de las contribuciones. Es una especie de motivación o incentivo para reconocer el esfuerzo de una persona para completar algo.

Por tanto, casi todas las personas después de realizar algo con mucho esfuerzo, esperan algún tipo de recompensa y lo podemos ver en cualquier ámbito de la vida, si estudiamos mucho para un examen esperamos de recompensa obtener la mayor nota, si hacemos un excelente trabajo, esperamos un aumento de salario, un ascenso o un reconocimiento. Es decir, que esa recompensa funciona como motivación para ser la energía que le da fuerza y dirección a nuestras acciones.

Vamos a imaginarnos algo, ponte en un escenario, donde estás de celebración con tu pareja, le organizas una cena romántica, haces una decoración, le traes algunos obsequios, y cuando tu pareja ve todo lo que has hecho, no se inmuta ni te dice nada, como si eso todo ese esfuerzo fuese cualquier día común en el que nada ha cambiado, ¿Cómo te sentirías? ¿Crees que es probable que lo vuelvas a repetir? Ahora bien, si por el contrario, tu pareja se alegra enormemente, sonríe, te besa, te abraza, dice que le encantó y tienen una linda velada juntos, ¿Crees que es probable que lo hagas de nuevo?

Esto sucede porque cuando somos recompensados, nuestro cerebro realiza una asociación entre el placer que sentimos y la acción que realizamos, lo que hace mas probable que en el futuro lo repitamos. De este modo funcionan las recompensas (también llamadas reforzadores) en los niños.

Hay niños que tienen mucha automotivación y que el simple hecho de hacer las cosas bien hace que cumplan con lo que deben, pero también hay otros que por más que les expliques el por qué deben hacerlo y razones con ellos, no encuentran esa motivación en si mismos, y requieren alguna motivación adicional externa, hasta que puedan volver un hábito eso que tanto es necesario que realicen. Recuerden que NO TODAS LAS PERSONAS SOMOS IGUALES.

Así que, habiendo explicado este punto, me gustaría comentarles un poco, de qué trata o cómo se lleva a cabo una terapia de conducta o modificación conductual:

Para realizar una terapia donde se trabaje la modificación de conducta, se debe realizar un análisis funcional de la conducta, para tomar en consideración el origen de los comportamientos, qué tipo de estímulos internos o externos detonan la conducta, cuáles son las conductas observables que se manifiestan en base de estos antecedentes, cuáles son las consecuencias posteriores de la conducta, cuáles son las variables que influyen en la aparición de dicha conducta, cuál es la edad cronológica del niño y en cuál etapa del desarrollo se encuentra, cuál es su nivel de desarrollo madurativo, cuáles son los patrones familiares, se hacen hipótesis en base a toda la información recolectada y luego se hace un plan de trabajo, el cual debe ser completamente personalizado y adaptado al niño y a su familia.


Podemos considerar, a manera general, que la mayoría de las conductas inadecuadas en los niños pueden originarse por una de las siguientes 3 razones:

1. Falta de consolidación de conductas adaptativas y funcionales por un retraso o demora en el desarrollo madurativo. (Por ejemplo, un niño con TDAH que tiene una interferencia cerebral en las funciones ejecutivas que le ayudan a inhibir impulsos y por tanto, cuando tiene que esperar por algo, se adelanta a la fila, o golpea, o grita y llora).


2. Por una emoción que no está siendo canalizada correctamente. (Por ejemplo, un niño que está enojado porque no pudo terminar el dibujo cuando la maestra dijo “tiempo”, y en vez de explicar lo que le sucede, rompe el dibujo).


3. Por la inconsistencia en los patrones de crianza que está utilizando la familia, así como la falta de una estructura, normas y límites. (Por ejemplo, una mamá estricta que regaña al niño por cualquier cosa y un papá permisivo que le deja hacer todo lo que desea, o que en casa cuando se realiza algo que no se debe, no se hace ningún tipo de correctivo, o se grita y regaña pero sin que el niño tenga ninguna consecuencia). 

De acuerdo a todo esto, se planifican tanto las conductas a modificar así como las estrategias a utilizar, priorizando aquellas que son disruptivas y pueden dañar al niño o a las personas y/o entorno que le rodea. A partir de allí, se organizan el resto de conductas meta, tomando en consideración las conductas que están en déficit y necesitan ser aumentadas en cantidad o calidad para que el niño pueda demostrar destrezas más adaptativas y funcionales.

También es importante acotar que el trabajo de modificación de conducta se hace poco a poco, respetando los tiempos y procesos del niño, se utilizan una serie de apoyos de acuerdo a las capacidades actuales del niño, se basa en un aprendizaje evitando los errores y utilizando un lenguaje positivo, tomando en consideración sus fortalezas, habilidades, gustos e intereses del pequeño.

De igual forma cabe destacar, que las estrategias a utilizar no son iguales cuando se trabaja con un niño neurotípico (que no tiene ninguna condición) a si estamos trabajando con un niño que tiene algún tipo de condición de vida, trastorno del desarrollo, discapacidad o necesidad educativa especial, así como también se basará de forma personalizada en lo que requiere el niño como ser individual, de acuerdo con su historia de vida única.

En mi caso particular…

Yo como psicóloga no estoy casada ni amarrada con ninguna teoría, de acuerdo al caso puedo usar estrategias conductuales, estrategias cognitivo-conductuales, estrategias humanistas, estrategias psicoanalíticas, estrategias psicodramáticas, estrategias gestalticas, y sobre todo estrategias socioconstructivistas, siempre apuntando al respeto del niño como ser humano que piensa, siente, actúa y construye su propio conocimiento con el apoyo y guía de quienes le rodean.

Cada una de las estrategias que utilizo se basan en las evidencias científicas que me aportan estas disciplinas para poderlas adaptar al caso particular de mi paciente y sus necesidades individuales, porque no es el paciente el que se debe adaptar a la terapia, sino la terapia al paciente, y a su familia, y su realidad sociocultural y económica.

Cuando se trata de niños, no tenemos un calzado único que le quede a todos, ni una varita mágica, por eso no podemos frustrarnos si las estrategias que estamos usando no funcionan con un niño en particular, tenemos una amplia gama de teorías que han comprobado ser útiles para diferentes situaciones, así que manos a la obra, vamos a buscar la que mejor funcione para el caso.

Así que, antes de desprestigiar y estigmatizar algún tipo de práctica y teoría porque algunas personas han comentado que es inválida, cuando necesites ayuda con tu hijo, con tu estudiante, con tu paciente, mi recomendación es que verifiques si los métodos que utiliza el terapeuta van acordes a tu estilo de crianza y de vida, y si los resultados que te brinda son los esperados, para poder desarrollar el máximo potencial de tu hijo y así recuperar el equilibrio y el bienestar familiar.

Atte: Lcda. Jehiveh Mendoza

FPV-12.145

TíaPsicóloga

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