Mamitis o apego?
Debo empezar por decirte que la mal llamada mamitis es la necesidad que experimenta el bebé de estar cerca de mamá, porque es con quien ha establecido un “vínculo de apego seguro”.
Quería simplemente hacer un post de este tema que tanto nos molesta a las mamis, el que nos digan que nuestros bebés tienen “mamitis” al no quererse ir con alguien más por tener un vinculo de apego, pero realmente me extendí en la redacción porque va más allá de 3 frases cortas…
No entiendo porque la manía de la sociedad en querer satisfacer las necesidades de los adultos, que, si entendemos, y que, si razonamos, pero vaya que se encaprichan en creer tener la razón, al decir, que es malo que un bebé desee estar con su mamá y que por eso tiene mamitis. ¿No conocen sobre apego?.
Muchas personas suelen comentarte: “No sacas al bebé a otro ambiente, solo está contigo y por eso es arisco con los demás”, “Se la pasa encerrado contigo, nunca nos ve, solo te ve a ti, por eso no nos quiere”, “Eso es la teta que lo tiene así con mamitis”, “Lo tienes malcriado de tanto brazo”, “Eso es porque no está en guardería”, “Cómo aún toma teta te manipula con eso”, “Ay no, eso es malo tanto apego”… alguna de estas frases ¿Te suenan?.
Pero, el apego en un bebé no es malo.. O si?
Que exista apego entre mamá y bebé no es malo, de hecho, es normal la mal llamada “mamitis”, es completamente natural, siempre y cuando no sea excesiva, siempre y cuando no caigamos en casos donde se esté generando un apego inseguro o ambivalente. La “mamitis”, no es otra cosa, más que la necesidad que experimenta un bebé, de estar cerca de su mamá, porque es con ella, con quien ha establecido un “vínculo seguro”. Tu bebé tiene apego, no mamitis.
Un bebé no puede valerse por sí solo, esto es algo que cualquier persona sabe, un bebé necesita la protección y cuidados de sus padres o cuidadores, sobre todo en sus primeros meses de vida, e incluso yo diría sus primeros años, en los que su madre, quien generalmente es la principal proveedora de alimento y cuidados, es todo su mundo, convirtiéndose en su figura de apego principal, a quien acudirá en caso de “mamitis”.
Y hasta cuando tendrán la supuesta mamitis?
A medida que crecen, y que van adquiriendo nuevas habilidades, y viajando por sus etapas de desarrollo, van necesitando menos ayuda y haciéndose más independientes, pero, aun así, pueden sufrir momentos de regresión, es decir, atravesar en ellos una fase de “mamitis”, que no son más que periodos de inseguridad, en los que se aferrán a su mami, como principal proveedor de seguridad y su vinculo de apego seguro, para intentar recuperar su estabilidad interna.
Esto es algo natural, y que pasa en casi todos los niños y bebés, porque forma parte de una fase normal del desarrollo, que va disminuyendo gradualmente, a medida que el mismo madura, siempre y cuando exista un vinculo de apego positivo.
Por supuesto que, como todos los niños son diferentes, algunos son muy independientes y otros más apegados, y siempre y cuando, ese apego sea seguro, no es malo que sea apegado; como también pasa, al contrario, que siempre y cuando no sea un apego inseguro o ambivalente, no es malo que sea independiente.
Es más, lo preocupante en tal caso sería que un bebé, al ver marchar a su mamá, nunca llore, precisamente porque significaría que no ha establecido con ella ese vínculo afectivo necesario. Y es donde llegaría un opinólogo a comparar y decir: “pero fulanito no tiene mamitis” ¿Sabemos cómo es ese vínculo de apego de fulanito?
“Ay pero que malcriado tienes a ese bebé, está muy apegado a ti”
No esta malcriado, es simplemente un bebé inocente, que desconoce lo que es bueno y es malo, que es ajeno a satisfacer necesidades de la sociedad, simplemente yo soy su mamá, su fuente de comida y de cuidados, su refugio y protección; ¡ah, pero es que tiene que adaptarse y compartir con otras personas! siii, pero a su momento, a su ritmo, cuando él se sienta preparado, entonces lo hará. Si tiene mamitis aquí estaré para él.
Existen niños y bebés emocionalmente sanos, que pueden perfectamente, no estar preparados para separarse de sus padres y no sentir deseos de interactuar con un extraño, en el que no confían. Pero esto nadie lo considera, solo ven “mamitis”.
Algunas formas de comportarse, aunque el apego pueda parecer excesivo, no significan que tu bebé tenga “mamitis” o que esté malcriado, o que sea malo su tipo de apego… Es normal que pida a su mami con cada cambio, con un nuevo aprendizaje, ya que les puede generar un momento de angustia, el cual provoca que reclame estar en brazos de esa persona, que es quién más seguridad le da en este mundo, ¡su mami!
Que no quiera irse con algunas personas es normal y te dirán que es por mamitis . Un bebé no es muy consciente de lo que ocurre a su alrededor. También es normal que en algunos casos pase lo contrario, y acepte sin problemas a todo tipo de desconocidos.
El apego siempre estará, pero su conducta cambia de acuerdo a su desarrollo.
A partir de los 6 o 7 meses aproximadamente, la mayoría de los bebés empiezan a manifestar cierta resistencia a separarse de sus cuidadores principales, sobre todo de mamá, en esta edad les da mamitis, porque se dan cuenta que mamá y su maravillosa teta, no son una continuidad de ellos, y además comienzan también, a tener prevención o temores hacia los extraños.
La evolución de un bebé es muy rápida, por lo que es capaz de reconocer a sus padres perfectamente llegando a los 10 meses aproximadamente. Por eso, si ve que se marchan, suele llorar porque cree que no van a regresar. Ahí viven a flor de piel sus primeras fases de “mamitis”.
Esta etapa del bebé, donde se acentúan sus miedos y angustia de separación, suele durarles hasta que tienen aproximadamente 18 meses o inclusive hasta sus 2 años, pues ya son capaces de comprender que, aunque se marchen, regresarán. Pero la mamitis no se va del todo.
Los cambios pueden darles mamitis
También suele suceder que los bebés o niños pequeños reaccionen mal ante un gran cambio o situación traumática como, por ejemplo, empezar la guardería o el preescolar, que mamá vuelva a trabajar, la llegada de un hermanito o hermanita, una mudanza, la ausencia de alguno de los padres, una enfermedad u hospitalización, e inclusive estar irritados por tener sueño…
Todas estas son buenas razones para que se sientan inseguros y abrumados y querer volver a los brazos de mami con un ataque de “mamitis”.
Necesito a mi mami, no tengo mamitis
Los niños pequeños necesitan a su madre para consolidar esos aspectos tan importantes como lo son la seguridad, la confianza y el autoestima. Es natural que sufran ansiedad ante la separación, que les de “mamitis”, ya que el pequeño desea estar con su mamá y siente angustia si ella se aleja, porque se siente inseguro, asustado, triste y a veces enfadado. Además, ¿Qué hay de malo en que un bebé reclame a su madre?
Por otro lado, debes saber que ellos no tienen noción del tiempo, y si desaparecemos no saben si es por un rato o para siempre, o si nos vamos muy lejos o muy cerca. Por eso lloran, cómo quien dice, por si acaso, porque nos pierden de su vista y no saben que será de ellos sin nosotras, no se trata de tener “mamitis”, si no de buscar seguridad.
Casi siempre ocurre, al tratarse de fases que el bebé va experimentando. Ya para los 3 añitos aproximadamente, cuando ya ha desarrollado las suficientes habilidades cognitivas, es que va a mantener la relación con sus figuras de apego, aunque éstas estén ausentes.
Crianza con apego
“La teoría del apego es una forma de conceptualizar la propensión de los seres humanos a formar vínculos afectivos fuertes con los demás y de extender las diversas maneras de expresar emociones de angustia, depresión, enfado cuando son abandonados o viven una separación o pérdida”. John Bowlby (1998).
La crianza con apego, es una manera de criar a nuestros hijos, que requiere por nuestra parte, un alto grado de dedicación, compromiso, implicación, dedicación y esfuerzo personal, y que busca ante todo crear este vínculo seguro con ellos.
Entre las cosas que defendemos quienes promovemos este tipo de crianza, se encuentra el contacto piel con piel inmediato al nacimiento, la lactancia materna, el porteo del bebé, el colecho, la respuesta atenta e inmediata al llanto del bebé y la desconfianza de métodos de entrenamiento de conducta del bebé, cosas que muchas madres practicamos de forma instintiva, sin haber leído libros, o artículos, e incluso sin conocer qué es esto del apego.
Yo lo hice, pero me arrepiento y lamento no haber sabido más, antes de que mis hijos nacieran. Pero comparto con ustedes mis conocimientos como promotora de la crianza respetuosa.
Yo adoro la crianza con apego
Se trata de una crianza natural, intuitiva e instintiva, cercana, amorosa y respetuosa, y en esta crianza se considera, que la prontitud en la respuesta al llanto es conveniente para crear un vínculo de apego seguro. No siempre vamos a saber por qué llora nuestro hijo. Lo que sí hemos de considerar es que, cuando el bebé pasa de una etapa a otra, puede mostrarse irritable o temeroso ante los nuevos cambios y alcances y eso lo hará llorar.
Por eso, no te frenes en tomar a tu bebé si llora, y no temas malcriarlo, eso no sucederá en esa etapa ni a través de tu respuesta a su llamado. Genérale un vinculo de apego seguro.
Un bebé reclama lo que necesita y más si tiene un vínculo de apego bien establecido
Sin duda, esta forma de actuar, siendo papis y mamis, que acuden con prontitud al llanto o a los requerimientos de su hijo, va a acarrearnos el soportar ciertas críticas de gente de nuestro entorno. Entonces comienzas a oír frases cómo “Lo vas a malcriar”, “Por eso es que es así, porque no lo dejas ni llorar”, “Déjalo que llore para que aprenda”, “Tú te dejas manipular por ese niño”, “Ese niño está muy malcriado, tiene mamitis” .
Los adultos solemos creer que nuestras necesidades son más importantes que las de los niños, y las necesidades de éstos pueden y deben posponerse. Yo cómo adulto, me sé auto regular, tengo mi cerebro plenamente desarrollado para comprender las cosas, mi pequeño no, así que debo ayudarlo. Cuando un bebé reclama la presencia del adulto, es porque realmente lo necesita, no es mamitis.
Y no se trata de “malcriar”, si no de criar con apego, de establecer vínculos positivos
Y sobre ese “malcriar” que tanto oímos de los mismos que hablan sobre “mamitis”, creo que quedan muy acertadas estas palabras del pediatra y gran maestro Carlos González que dicen:
“No existe ninguna enfermedad mental causada por un exceso de brazos, de cariño, de caricias… No hay nadie en la cárcel, o en el manicomio, porque sus padres le cogieron demasiado en brazos, o le cantaron demasiadas canciones, o le dejaran dormir con ellos. En cambio, sí que hay gente en la cárcel, o en el manicomio, porque no tuvo padres, o porque sus padres le maltrataron, le abandonaron o le despreciaron. Y, sin embargo, la prevención de esa supuesta enfermedad mental totalmente imaginada, el malcriamiento infantil crónico, parece ser la mayor preocupación de nuestra sociedad.”
Nuestros hijos, mientras son bebés, no quieren a sus Mamis por la comida, ni por la ropa, ni por el calor o por los juguetes que ya tiene y que le comprará más adelante, tampoco por el colegio al que ya asiste o al que le llevará o por el dinero que le dejará en herencia. El amor de un niño y de un bebé es puro, absoluto, desinteresado y se fomenta a través del cariño y de el apego.
Apego seguro
Todo ser humano necesita desarrollar un apego seguro para poder vivir de forma sana, y éste se crea en la primera infancia. Al nacer un bebé no tiene un sistema de regulación presente, este se forma gracias al cuidado de su mamá o figura despego principal.
Pero, para esto ocurra, es necesario que se cree una conexión emocional perdurable, segura, un apego que calme y dé placer, con esta persona que se encarga de su cuidado y atenciones cuando se encuentra bien, y aun mucho más cuando se encuentra mal.
Si algo amenaza al bebé, en que pueda perder esta conexión tan importante, se dispara la angustia. Si esto se mantiene en el tiempo y no se atiende al bebé, si se abandonan sus necesidades, el producto final no será un apego seguro, y entonces de allí partirán los problemas.
Cómo ves, se pueden desarrollar otros tipos de apego, que no son ni deseables ni saludables para el buen funcionamiento del individuo. Es decir, la frase “Ese niño no tiene apego” no es la más certera. Lo ideal sería decir “Ese Niño no tiene un tipo de apego sano”, o “tiene un apego insano”, o “no está bien vinculado”. Apego tenemos todos, el tema importante es que puede que no sea sano.
Reflexionemos, no es “mamitis”
Es algo sencillo e intuitivo. Piénsalo un momento, ponte en los pañales de tu bebé… -si me encuentro mal y soy tan chiquitico que dependo de un mayor para poder encontrarme mejor, y este adulto, a quién tanto amo y de quién dependo, en lugar de amortiguar mi malestar, me lo transforma dejándome llorar, sin cargarme, sin cubrir mi dolor, preocupación, frío, hambre o sueño, sin calmar mis ansiedades y por contrario lo que hace es ignorarme porque según alguien más yo tengo “mamitis”… ¿Cómo me puedo sentir?- La respuesta creo que es más que obvia: mal.
-Entonces ¿Qué me estás enseñando con esos actos? Qué mi estado de ánimo no es importante para ti, que te molesto y todo eso me provocará mucha ansiedad, y solo porque los demás no saben de apego y te dicen que tengo mamitis.-
Lo que le pasa a tu bebé cuando lo dejas llorar y dejarte llevar por los opinólogos y su “mamitis”
Cuando un bebé se estresa, se angustia y no es atendido, su cerebro genera cortisol, que es una hormona que aparece cuando experimentamos mucho estrés.
Pero, lamentablemente te recuerdo que nuestro cerebro es muy listo, y además cuenta con años de evolución, que le permiten trabajar la supervivencia, lo cual en este caso no es bueno. Cuando el cerebro de tu bebé piense que ya ha sufrido demasiado, se congelará y se bloqueará.
Tu pequeño, a pesar de no ser atendido por ti, dejará de llorar, por lo que tú pensarás que ya aprendió, se le pasó la “mamitis”, pero lo que verdaderamente sucede, es que entrará en un modo de agotamiento, por el desapego, asumirá que las cosas no pueden cambiar a pesar de sus esfuerzos, así que sus estados emocionales se irán haciendo menos inteligibles.
Y esto no es positivo, verás que ya tú hijo “te molestará menos”, ya no tendrá esos fulanos episodios de “mamitis”, porque te reclamará y demandará menos, pero su apego se está desestructurando, se estaría instaurando un apego inadecuado, que puede traer otro tipo de consecuencias a futuro.
Entonces yo pregunto… Es mamitis o es apego?
¿Qué es lo que nos impide cargar a nuestro bebé cuando llora?, Qué se acostumbrará… ¿pero a qué?, ¿Al olor de su mami?, ¿A recibir cariño?, ¿A las palabras bonitas y melodías que utilizas para calmarlo?, ¿A recibir un buen trato, ayuda, cuidados y atención?, ¿A sentirse amado, seguro, y protegido?, ¿A la regulación de sus emociones a través de las miradas, de los arrullos, las sonrisas, de tu atención?… ¿Puede alguien decirme que hay de malo en eso? ¿Es mamitis o es apego?
Durante los 3 primeros años de vida, el bebé genera el 90% de sus conexiones neuronales y de su estructura cerebral, por lo cual, es de vital importancia, poder cubrir este periodo de manera exitosa estrechando vínculos de apego seguro, para construir en él un adulto sano, cohesionado, regulado, capaz y que se sienta importante.
Por eso insistimos tanto en no dejarlos llorar, en atender a sus llamados, en tratarlos de forma respetuosa, en trabajarles un apego positivo, en brindarles eso que necesitan, el cariño y cuidado de mami, en dejarles tener esos ataques de “Mamitis”. Entoces si cubres todo esto, y un opinologo te habla de mamitis, ya podrás decirle: “mamitis no, mi bebé tiene apego y es normal”.
Autor:
Lcda. Michelle Mendoza la MamiArcoiris

Puedes encontrar más contenido sobre crianza respetuosa en nuestra cuenta de Instagram @infomamis.
También te puede interesar leer nuestro artículo del blog sobre colecho.